RESPUESTA. Yo consideraría más la otra cara de la moneda: ¿cómo podríamos contribuir al desarrollo cultural y al bienestar de las personas con estos instrumentos tecnológicos más asequibles?
Las herramientas no suelen ser buenas o malas, depende de como se usen. Y entre todos tenemos una cierta capacidad para influir en como será el futuro: soñemos el futuro que queremos (y sobre todo identifiquemos los futuros indeseables) y actuemos en consecuencia tomándolo como norte.
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